El Dr. Raimundo Kisser, reconocido abogado de la localidad de Hasenkamp, aspira a conducir el radicalismo provincial y partir de una prolongada militancia en las filas del centenario partido se predispone a tomar las riendas que permitan a la UCR retomar lugares de liderazgo en la política provincial.(Sem.Analisis)































El Dr. Raimundo Kisser, reconocido abogado de la localidad de Hasenkamp,  aspira a conducir el radicalismo provincial y partir de una prolongada militancia en las filas del centenario partido se predispone a tomar las riendas que permitan a la UCR retomar lugares de liderazgo en la política provincial.  El candidato a presidir el radicalismo ante las elecciones del domingo manifestó: “Queremos llegar al partido para darle otra vez contenido y hacerlo creíble ante la sociedad como instrumento de cambio”, y en ese rumbo se mostró convencido de que los entrerrianos ya están preparados para un nuevo gobierno radical. A propósito de ello, amplió el desafío: “Cuando el hombre común vea que en la boleta no está Montiel, va a entender que hay un cambio en el radicalismo”. Aclaró por qué no vota ni a Vera ni a Rogel y por qué están apartados Solari, Ghiano y Fernández, y pasó por la zaranda a Rossi, Mori, Yedro y Castrillón. Aseguró que hay que echar a los radicales K y que dirigentes como Rodríguez Signes, Burna, Laffourcade y D’Angelo son prácticamente irrecuperables para el radicalismo. Sobre el futuro de la UCR dijo: “No creo que el radicalismo esté de remate, que lo estén algunos dirigentes es otra cosa”. Tras aseverar que el principal problema de Entre Ríos es la pobreza, afirmó: “Nunca voté a Montiel en una interna”.


 


-¿Usted es la avanzada de Montiel a través de su candidatura a presidente del Comité provincial del radicalismo?


-No, en absoluto. Porque si hay alguien que puede ser catalogado de antimontielista… anti diría que no, pero que le ha hecho internas a Montiel he sido yo. En el 83, cuando nadie le hacía internas yo, en Hasenkamp, mi pueblo, lo enfrenté. Yo nunca lo voté a Montiel en una interna, así de simple es la cuestión. Pero eso no quita que yo tenga buen diálogo o tenga la posibilidad de charlar con él o, como en este caso, llevar en la lista a algunos de los nombres o gente que pertenece a su sector.


 


-¿Para qué quiere ser presidente de un partido que está prácticamente de remate?


-En primer lugar yo no creo que el radicalismo esté de remate, que haya algunos dirigentes que estén de remate es otra cuestión. El radicalismo, además de ser centenario, es un partido que tiene una doctrina, toda una trayectoria y una historia. Vale decir que más de la mitad de la historia libre de Argentina se ha escrito o se escribe con el radicalismo en el escenario político.


 


-¿Pero hoy se lo ve abajo del escenario?


-Mire, yo quiero llegar a la conducción del radicalismo porque, digamos, queremos recuperar los contenidos del partido que se han ido perdiendo especialmente del 83 en adelante. En realidad, como les ha sucedido a la mayoría de los partidos, convirtiéndolos en simples cascarones.


 


-¿O máquinas que se prenden sólo frente a circunstancias electorales?


-Hoy los partidos políticos en Argentina son meros trampolines para que algunos lleguen a ocupar cargos electivos, pero no hay ningún trabajo doctrinario y más que doctrinario, de proyectos. Para mí, la política se asemeja a la tarea de un arquitecto. Cuando quiero hacer una casa busco a un arquitecto, que primero me estudia el terreno, después me dice qué plata tengo que invertir para hacer la casa, me pregunta quiénes van a vivir, qué tiempo van a vivir, qué calidad de vida quieren llevar y esto, en definitiva, es un poco el rol del político en la sociedad. Es decir, ver la realidad, interpretarla y elaborar los proyectos para el futuro y para una sociedad que está reclamando respuestas permanentes a sus necesidades, las que se generan constantemente a partir de su propia evolución.


 


-Dijo los partidos son meros trampolines, ¿y los políticos qué son?


-Hoy, los políticos en Argentina son meros bomberos que están esperando que ocurra una catástrofe para apagar el incendio o dar algún alivio a un afectado por un accidente que ocurrió. Y yo creo que el político tiene que ser un hombre de avanzada y esto solamente se logra a través de un partido político. La democracia funciona con partidos políticos y cuando más fuertes sean éstos más fuerte será la democracia. Entonces hoy, cuando vemos que en este país a los partidos políticos se los está denostando, menospreciando y vemos que el gobierno nacional se maneja más con las corporaciones que con los partidos políticos, estamos poniendo en riesgo la democracia. Por eso, queremos llegar a la conducción del partido para darle otra vez contenido. Tenemos todo un proyecto político para llevar al partido y volver a ponerlo en la calle de un modo creíble ante la sociedad como un instrumento de cambio.


 


-¿Por qué no vota a Arturo Vera?


-Con Vera estuvimos charlando muchísimo. Incluso, muchas de estas ideas las hemos consensuado, hasta hemos coincidido con Vera. Lo que ocurre es que la realidad política no permitió que llegáramos a un consenso porque estaba todo dado para que hubiera un comité de consenso. Incluso, en este mismo lugar (el estudio jurídico de Kisser) tuvimos una larga charla con Vera y con Cusinato y coincidimos en cuanto al perfil que debía tener el partido para el futuro. ¿Qué ocurrió? Bueno, se produjeron dos oficializaciones de lista prácticamente simultáneas, con dos días de diferencia. En medio surgieron algunas diferencias especialmente motivadas desde Paraná y eso nos impidió, en los escasos dos días que nos quedaban, consensuar una lista para la conducción partidaria. Hicimos todos los esfuerzos posibles para evitar la interna partidaria porque entendemos que este esfuerzo que estamos desplegando en vista a las elecciones del domingo muy bien tendríamos que estar reservándolo para marzo del año que viene.


 


-¿Por qué no vota a Rogel?


-Con Rogel también hemos conversado mucho y a lo mejor con él podemos tener muchas coincidencias, pero por estas cuestiones de mezquindades políticas, yo diría… nos cerramos, no queremos abrir el juego y como consecuencia no se llega a los consensos necesarios. Pero insisto, con Rogel realmente he dialogado muchísimo y tengo muchas coincidencias. Debo reconocer que ideológicamente podemos coincidir en muchas cosas pero bueno, surgieron las diferencias y finalmente no pudimos llegar a un entendimiento. Realmente creo que la interna de Paraná para la Intendencia frustró, en alguna medida, que para la provincia no tuviésemos un comité de consenso.


 


-¿Eduardo Solari, Juan Ghiano y Osvaldo Fernández no están dentro de un radicalismo inmediato?


-Yo no digo que no estén dentro de un radicalismo inmediato. Yo tengo mis diferencias porque creo que ellos con el Frente Social fundamentalmente, se sienten muy encandilados con Emilio Martínez Garbino como candidato a gobernador de la provincia. Yo no digo que Martínez Garbino no podría haberlo sido, lo que pasa es que no se dieron las instancias para llegar a un acuerdo programático serio y responsable. No creo en las alianzas electorales, creo en las alianzas programáticas en función de un proyecto, de un gobierno y eso no se pudo elaborar y bueno, desgraciadamente ellos apostaron todo a esto y por ello no aparecen en estos momentos en el escenario político del radicalismo.


 


-¿El resultado del domingo va a marcar tendencia para diciembre?


-Yo diría que sí, no tengo dudas, eso va a ser una tendencia para la interna de diciembre. Creo que esto es una primera medida de fuerza posiblemente fuerte, aun cuando es con un padrón muy acotado porque es únicamente de los afiliados radicales.


 


-¿Le va a doler votarlo a Lavagna?


-No es que me duela, con la medida de que con Lavagna lleguemos a un acuerdo programático, serio, yo quiero saber qué modelo de país quiere, qué proyectos quiere y los dos podemos coincidir. A mí no me asustan los extrapartidarios, lo que sí me asustan, es decir, cuando no están respaldados por un proyecto. Yo siempre digo, soy un admirador del Pacto de La Moncloa, soy admirador de la concertación chilena, pero había un programa detrás de todo esto. Después, yo puedo coincidir con mucha gente, pero en función de ideas, de proyectos, no de personas