Por tercer año consecutivo, caerá la producción lechera en el país y la provincia debido a la falta de rentabilidad del sector, y se avizora “un panorama crítico y con malas señales” para los próximos meses, aseguró el presidente de la Cámara de productores de leche de Entre Ríos (Caproler), Ricardo de Pino. El dirigente cuestionó que el gobierno no cumplió el acuerdo que se firmó en diciembre de 2006 y criticó que “no hay política del gobierno para un sector agropecuario serio, previsible y sustentable”.

De Pino aseguró que “la situación del sector es cada vez más complicada porque ya se pasó de una situación de resolver el conflicto agropecuario y se ve claramente que hay una indefinición del gobierno sobre qué política seguir”.

Al respecto, analizó que “hay dos posiciones dentro del gobierno: una que tiende a negociar para acordar y evitar el conflicto y otra que no busca los posibles acuerdos y eso agudiza el problema, lo que incluso está generando una crisis dentro del gabinete, e incluso se manifestó públicamente que el propio jefe de gabinete, Alberto Fernández, habría presentado la renuncia, con lo cual estamos ante una grave crisis institucional”.

De todos modos, en declaraciones realizadas a AIM deseó que “ojalá se llegue a un acuerdo pero la situación es difícil”, resumió.

Invierno y sequía
El dirigente afirmó que la importante sequía que afecta a la provincia en estos meses “incrementa aún más el problema” de la lechería provincial, y manifestó que “la situación de falta de rentabilidad va a llevar a que, por tercer año consecutivo, la lechería caiga en su producción, lo cual es la señal más clara y real de que las cosas no las estamos haciendo bien en Argentina”.

En ese sentido, comparó la situación con otros países del Mercosur, como Uruguay, Brasil y Chile, que “nos tenían a nosotros como referentes en eficiencia en la producción lechera y de carne hoy están recorriendo un camino distinto y con resultados diferentes”.

“Lamentablemente por falta de rentabilidad, y pese a que el mundo está demandando lo que acá producimos, por tercer año consecutivo vamos a caer en la producción y la sequía nos complica aún más, porque debemos afrontar mayores costos y no lo podemos hacer”, explicó.

En ese marco, adelantó que “se viene un panorama crítico y con malas señales”, porque “en un momento en que deberíamos estar disfrutando de una situación nacional e internacional maravillosa, con buena demanda interna y externa, estamos en un conflicto que implica claramente que no hay política del gobierno para un sector agropecuario serio, previsible y sustentable”. El acuerdo no se cumple

De Pino lamentó que el acuerdo que se había firmado con el gobierno en diciembre de 2006 “no se cumplió”.
 
Especificó que dicho acuerdo “preveía un fondo de 85 millones de dólares de los cuales no nos dieron una moneda, y en cambio le dieron 350 millones de pesos a las industrias. De ese monto, les dieron 250 millones a tres grandes empresas: 125 millones a La Serenisima; 95 millones a Sancor; y 25 millones a Williner (propietaria de la marca Ilolay)”.

“Esto demuestra que claramente los recursos del gobierno se utilizan para favorecer a las grandes industrias, sobre todo las más endeudadas”, se quejó. Fuente: Analisis digital