Es dueño de una pizzería y fue interceptado por dos hombres en moto que le dispararon para robarle la recaudación. A pocos metros del comerciante estaba su hija de 8 años esperando subir a un taxi para ir a su casa. Su estado es gravísimo. Abel Arcadio Valent tiene 38 años, está separado y tiene tres hijas pequeñas. Hace 18 años que llegó a Rosario desde Seguí. Primero abrió una parrilla y unos tres años atrás instaló una pizzería en Alem 1940. El local, está ubicado a unos 50 metros del Instituto de Seguridad Pública de la provincia, donde se forman los oficiales de la Policía. Su padre, Ceferino Valent,(foto) viajo rapitdamente desde Villa Libertador San Martín, donde reside.

El dueño de una pizzería de Rosario fue baleado en la medianoche del domingo frente a su hija de 8 años. La víctima, que es oriunda de la localidad entrerriana de Seguí, fue internada en grave estado.


Abel Arcadio Valent estaba bajando la persiana de su pizzería situada en el macrocentro de la Cuna de la Bandera y a pocos metros del comerciante estaba su hija de 8 años esperando subir a un taxi para ir a su casa. En ese momento fue sorprendido por dos motociclistas que aparecieron en el lugar con intenciones de robo. “Metete adentro”, alcanzó a decirle Abel a su pequeña hija antes de que uno de los maleantes le descerrajara un balazo que le atravesó el tórax y le perforó un pulmón y el corazón. Tras ello, el taxista llevó al hombre hasta el Hospital de Emergencias, donde fue internado en gravísimo estado en la sala de Terapia Intensiva.


La investigación de la Policía de Rosario trataba de establecer si Abel Valent se había resistido al atraco, pero sí tenían la certeza de que los maleantes no se llevaron dinero en efectivo. Sólo recogieron un bolso del comerciante con una botella de cerveza y se esfumaron en la moto en la que se movilizaban.


El baleado tiene 38 años, está separado y tiene tres hijas pequeñas. Hace 18 años que llegó a Rosario desde Seguí. Primero abrió una parrilla y unos tres años atrás instaló una pizzería en Alem 1940. El local, está ubicado a unos 50 metros del Instituto de Seguridad Pública de la provincia, donde se forman los oficiales de la Policía.


Se supo que Valent cerró y solicitó el servicio de radiotaxi para que un chofer pasara a buscarlo y lo llevara a su casa cercana al Parque Urquiza. Después, mientras esperaba el auto, contó el efectivo de la recaudación, apagó los hornos y las luces. Un rato después, el taxi se detuvo frente a la pizzería. El comerciante y su hija asomaron la cabeza por la puerta del negocio y le anunciaron al chofer que ya salían. Valent estaba bajando la persiana cuando aparecieron dos hombres que se movilizaban en una moto azul.


Entonces, uno de los recién llegados se bajó con rapidez del rodado y se acercó al dueño de la pizzería exhibiendo un arma de fuego con la que lo encañonó. “Como mi hijo se dio cuenta de que lo iban a asaltar, le dijo a la nena que se metiera adentro del local”, contó Ceferino Valent, el padre del comerciante baleado.
A partir de este momento, el relato se bifurca. Cuando el ladrón y el comerciante estuvieron frente a frente, una estampida resonó en la calle. El malhechor gatilló el arma de fuego que portaba y un balazo atravesó el hemitórax derecho de Valent. Ceferino no pudo precisar si su hijo se resistió al atraco y ayer seguía sorprendido por el violento desenlace del asalto.


El padre de la víctima, recién llegado de Villa Libertador San Martín, contó al diario La Capital que en Entre Ríos “hay pocos robos”.


En tanto, los vecinos del barrio donde se levanta la pizzería de Valent se mostraron sorprendidos por la agresión. Contaron que el entrerriano es un muchacho muy bueno que trabaja todo el día y siempre está con sus hijas en el negocio.



Foto: diario La Capital