Cuando falta un mes y medio para el arranque de la siembra de trigo, el centro de atención va girando lentamente desde la cosecha de granos gruesos a las perspectivas climáticas para el cereal. La Niña está en declinación, pero hay zonas que necesitan recomponer reservas de humedad; opiniones dispares entre los expertos

Las opiniones de los expertos en este punto son coincidentes: la Niña se encuentra en franco decaimiento, aunque quedan “acciones residuales”. Pero no hay un diagnóstico unánime sobre si habrá buenas precipitaciones o, por el contrario, restricciones. De hecho, varias zonas no lograron reponer la humedad para llegar a la siembra, pese a la reactivación de las lluvias que llegaron desde mediados de enero.


Para Eduardo Sierra, especialista en agroclimatología, hay una previsión de un otoño con lluvias moderadamente por debajo de lo normal. Con un agravante: hoy el 60% del área triguera está con falta de agua, según señaló. Las provincias de Entre Ríos, La Pampa y el extremo sur cordobés y el oeste bonaerense, entre otras zonas, están con un balance hídrico que muestra incluso situaciones de sequía.


“La Niña terminó y lo que queda es una acción residual que sigue un tiempo en los tres meses del otoño. Las lluvias del verano fueron de consumo para los cultivos y repusieron [la humedad] en algunos lugares, como el centro de Buenos Aires, pero vamos a estar llegando [a la siembra] con falta de humedad en varios lugares [ver mapa de balance hídrico]”, indicó Sierra.


El especialista encontró una explicación sencilla pero contundente para explicar el significado de las lluvias del verano. “Sirvieron para pagar las cuentas, pero el suelo quedó hecho. Por ahora la situación de riesgo es que no se reponga [el nivel de humedad adecuada para la siembra”, afirmó.


Para los próximos días habría que esperar nuevas precipitaciones, pero, de acuerdo con Sierra, no serían suficientes para recomponer la humedad donde se necesita. Hay una previsión de bajos milimetrajes hasta el 15 del actual.


“En lo inmediato no se ven lluvias importantes en las próximas dos semanas”, precisó el especialista en agroclimatología.


“Todo apunta a que para la siembra de trigo va a haber una gran parte del área con falta humedad”, dijo Sierra, que agregó que esta situación “generaría problemas y dificultaría el avance de la siembra y el arranque de los cultivos”.


Nuevo escenario


En tanto, en su último boletín semanal, publicado el lunes pasado, el Instituto de Clima y Agua del INTA señaló que con las últimas lluvias “mejoran notablemente las reservas del perfil del suelo, alcanzando valores casi óptimos en muchas zonas de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos”, aunque aclaró que “todavía siguen siendo insuficientes para la provincia de La Pampa y sectores de Córdoba y Buenos Aires”.


Pero, de cara a la campaña, según Pablo Mércuri, director de ese organismo, “no hay ninguna razón para pensar que peda haber restricciones climáticas”.


Para Mércuri, hoy La Niña se encuentra en una tendencia de “franco decaimiento”. Y hacia junio/julio podría haber un fenómeno climático neutro. Pese a que el invierno es una época que habitualmente llueve menos, si la tendencia pasa a ser la de un año neutro los valores de precipitaciones no serían negativos.


“Recién en junio/julio se sabrá la tendencia”, indicó sobre la perspectiva de un fenómeno neutro. De hecho, en el boletín del organismo se lee: “condiciones neutrales del fenómeno Enso [Niño, Neutro/Niña] se esperan hacia el mes de junio”.


De todos modos, el experto indicó: “Hasta el momento es un año con un invierno con lluvias normales; no es para pensar en restricciones”, señaló Mércuri. “Esperamos que si durante el invierno se dan lluvias parejas se mantenga la humedad del suelo”, agregó.


De acuerdo con el especialista, este fin de semana podría haber precipitaciones moderadas en la provincia de Buenos Aires, que hace alrededor de la mitad de la producción triguera.


En su último boletín, el Instituto de Clima y Agua destaca que para el trimestre marzo/mayo habría precipitaciones normales en Córdoba, el noroeste, centro y sur de Buenos Aires, y normales o inferior a esa medida en Santa Fe y el nordeste bonaerense.


A todo esto, pensando a más largo plazo, ya de cara a la próxima siembra de granos gruesos, según Sierra, en esta época del año “estamos en una situación de riesgo, pero hay que ver cómo va a ser la evolución”.


Para el especialista, “el peligro es entrar en otra transición como 2008/2009”, que tuvo importantes restricciones. Sierra insistió: “Lo que llovió [en verano] se consumió, pero no se repuso”.
La Nación – Fernando Bertello