Pese al incipiente debate generado en torno al proyecto de la senadora Teresita Ferrari (PJ-Paraná) de dividir el departamento Paraná creando la jurisdicción Paraná campaña, la iniciativa no fue tratada hoy en la Cámara Alta, sino que será enviada a comisión, a la espera de que se generen los consensos necesarios que, respecto de este tema, hace décadas que se buscan infructuosamente. En rigor de verdad, la Cámara no informó nunca que el tema fuera a someterse hoy a votación, pero periodísticamente se lo consideraba un hecho.

La iniciativa propone crear el Departamento Paraná Capital, que estaría conformado por la ciudad de Paraná, Oro Verde, San Benito, Colonia Avellaneda, Sauce Montrull, La Picada y Villa Urquiza; y el Departamento Paraná campaña, que incluiría Cerrito, Crespo, Hasenkamp, Hernandarias, María Grande, Seguí, Tabossi y Viale y 33 juntas de gobierno situando la cabecera departamental en Crespo.


La legisladora lo presentó el 7 de noviembre y, aunque no lograría aprobarse en esta gestión, solicitó su tratamiento. A la vez, de manera informal, se sostuvo que existía en la Cámara alta el consenso para darle hoy media sanción.


Sin embargo, el sondeo realizado entre varios senadores del PJ demostró que tal acuerdo no existió nunca.


Los dirigentes


Pese a esto, y a la creencia compartida por la mayoría de los legisladores de que en algún momento deberá dividirse al Departamento que hoy contiene a una docena de ciudades y a tres docenas de juntas de gobierno, la reedición de la discusión puso de manifiesto la mezcla de intereses de la comunidad con intereses particulares. Esta es la misma discusión de hace 30 años, pero cada vez más berreta, graficó un ex senador que sigue frecuentando los pasillos legislativos.


Y tal vez razones no le falten para su apreciación. A modo de ejemplo pueden citarse algunas particularidades de este intento secesionista. Por caso, la cerrada oposición del diputado justicialista Jorge Bolzán, es asociada por muchos a un desquite hacia Grand por no haber apoyado en el Senado algunos proyectos suyos. Se cita, por ejemplo, la oposición de la legisladora a un proyecto de Bolzán para ceder terreno fiscal en cercanías de Seguí a un empresario.
        
Todos conocen las diferencias entre los legisladores bustistas, y se sabe que no se limitan a un solo proyecto, ya que los  fren os  fueron mutuos. Desde el entorno de Grand se señala, por ejemplo, que Bolzán habría desalentado el tratamiento de la iniciativa de la senadora que propone prohibir la venta de bebidas energizantes.


Por otro lado, no está ausente de estas especulaciones el cálculo político. Hoy Paraná es el primer departamento de la provincia, donde se concentra un tercio de la población de Entre Ríos; pero separados, Paraná campaña pasa a ser el quinto departamento en cantidad de habitantes. El efecto de retroceso  se multiplica si se lo dividiera en dos o tres partes.
                                                   
Por eso, desde el entorno del senador electo por Paraná, Santiago Gaitán, se dejaba trascender una clara advertencia. Si le dividen el departamento, Santiago va a presentar proyectos para dividir otros, como Uruguay o Federación.


Aunque se trata sólo de una chicana, ya que la aplicación de una norma de esta naturaleza no es automática, el razonamiento refleja cómo ven la situación algunos dirigentes. Es más, si se repasa la historia reciente de la provincia se encuentra el caso de la creación del Departamento San Salvador, una medida polémica desde donde se la mire, que fue fogoneada por el actual senador, el dirigente alasinista Hugo Berthet.


Como si esto fuera poco, para desalentar la discusión hay que recordar que desde sectores partidarios siempre se consideró la división como una chance de aumentar la representación en el Senado. El caso más recordado fue el proyecto del montielismo, que planteaba una división del Departamento Paraná en cuatro partes, con la intención de asegurarse cuatro bancas más en la Cámara alta, y contrarrestar la peronizada costa del Uruguay. Claro que ese proyecto se ideó cuando todavía Paraná campaña era un bastión radical.


Más argumentos


Si, en cambio, se presta atención al interés de los ciudadanos de la zona, hay argumentos a favor y en contra. El más escuchado es el de las distancias, ya que a un ciudadano de Hernandarias, Hasenkamp, Viale o Crespo le resultaría más cómodo tener la cabecera departamental más cerca, y no en Paraná, sobre todo a la hora de realizar trámites administrativos.


Pero también es cierto que si la cabecera se ubica como lo propone el proyecto de Grand- en Crespo, al habitante de Hernandarias le queda tanto o más lejos que si permanece en Paraná. El ejemplo se aplica también al revés, con Hernandarias como cabecera.
A esto se suma la inexistencia de redes viales que no confluyan en Paraná y que permitan un tránsito transversal. Por ejemplo, para ir de Cerrito a Crespo hay que pasar antes por la ciudad de Paraná.


Igualmente el servicio de transporte se adapta a ese esquema. En este sentido, la solución pasa por dividir a la vez, en dos o tres partes, a Paraná campaña, lo que multiplica por dos o tres la inversión necesaria en infraestructura y servicios.


Fuente. Uno