Las repercusiones por lo acontecido en el partido entre Viale FC e Independiente de Hernandarias cargan aun más las dudas por los operativos que se despliegan en torno a lo que se espera como una fiesta dominguera. En un análisis despojado de fanatismos, apelamos a la sensatez y la cordura para cambiar definitivamente la imágen que va manchando nuestro fútbol. Ya no alcanzan las mentalidades de dirigentes déspotas que hace años sólo les resulta un cargo como una cuota de poder. El anhelo, de que la gravedad de los hechos nos conduzca a un análisis profundo, apelando a los nuevos dirigentes que renacen con la convicción de que no todo está perdido, es posible revivir el fútbol como una fiesta.

Revisando los hechos que desataron la violencia aparecen las acusaciones cruzadas entre los técnicos de ambos equipos, la responsabilidad de los propios jugadores en los incidentes, la tarea policial que tuvo dificultades  a la hora de prevenir y contener a un centenar de hinchas visitantes, el desempeño del árbitro,  sus colaboradores y la de los propios dirigentes, cuanto más, en el remanido tema del derecho de admisión.


 


Mientras que desde la cúpula dirigencial de la liga se sigan postergando los debates que conduzcan a definir con claridad el problema de la violencia, sus motivaciones y consecuencias, será muy difícil encontrar el camino que le devuelva a nuestro campeonato el título que alguna vez supimos exhibir con orgullo: “Una verdadera fiesta para disfrutar en Familia”.


 


Con la fácil actitud del “todo pasa” y “yo seguiré siendo presidente”, con la fría aplicación de multas y sanciones bajo la letra dogmática del reglamento, lo único que se tiene por seguro es que “Todo Vuelve” y los hechos de violencia siguen sucediendo.  


 


Es fácil además sumar excusas bajo la mirada de que “pasa en todos lados”, claro está, es la mas cómoda respuesta para quien no tiene intenciones de aplicar políticas dirigenciales que nos conduzcan a recuperar el prestigio.


 


No fue obra de la casualidad que Arsenal no fuera tenido en cuenta para las invitaciones a jugar el torneo Argentino B. Todos los episodios de violencia que se vivieron en nuestras canchas en los últimos años, agobian también a oídos del propio Concejo Federal y más aun, cuando los mensajeros son los propios árbitros,  que llegan habitualmente a las instancias definitorias del certamen.  


 


Fálico: “Están corriendo la gente de las canchas”


 El Técnico de Viale Futbol Club desanduvo los momentos previos a los incidentes y recordó que todo se sucedió luego del cuarto gol, cuando jugadores de Independiente reaccionaron con golpes de puño contra sus dirigidos. Fue contundente al aseverar que: “Es la primera vez que veo esto, fue lamentable y es un paso atrás para la liga. Están corriendo a la gente que va a las canchas a presenciar fútbol”.


 


Eduardo Cura: “intentaron comprar a nuestros jugadores”


El Técnico de Independiente de Hernandarias ahondó el manto de sospechas por la que transita nuestro fútbol y utilizó frases como: “Todo arranca durante la semana, donde el patético técnico que tienen ellos, que es Fálico, mandó gente del entorno de él a ofrecerle plata a nuestros jugadores. Él intentó comprar a nuestros jugadores y de ahí empezó todo. Pero como mis jugadores son gente integra no nos metimos en eso”


 


Sumada a la denuncia de Cura, allegados a los rojos de Hernandarias confiaron a este medio sus sospechas por el sorprendente protagonismo que adquiere un personaje al que identifican como “El Cordobés” y cuya misión, desde hace algunos años, es transportar a los árbitros desde la liga hasta los estadios, mostrándose después, en una relación demasiado fluida y dentro de la cancha con los hombres de negro. Este domingo también apareció protagonizando los incidentes dentro del rectángulo de juego, recibiendo una dura golpiza.


 


Todos son eslabones que se van sumando a la cadena de responsabilidades, que le competen a cada uno de los protagonistas del fútbol oficial y resulta oportuno también, analizar si existe voluntad en la dirigencia de nuestros clubes para aplicar el “Derecho de Admisión” y afuera de las canchas a los ya conocidos violentos de nuestro deporte.


 


No está ajena a este debate la responsabilidad del estado. Las instituciones municipales tienen a su cargo la inspección de los estadios y conceden las habilitaciones para seguridad del espectador. Resulta innegable la cantidad de falencias que exhiben muchos estadios de la región, pero, a la hora de decir no se puede, siempre aparece algún aval que hace caso omiso a las exigencias.


 


El gobierno provincial, disponiendo medidas y estrategias acordes a lo que es la organización de los eventos deportivos, diferenciando claramente lo que representan partidos de mayor o menor riesgo, para que las cargas arancelarias por gastos de seguridad no sean demasiado onerosas en partidos de muy baja convocatoria. Sin olvidar que la tarea de prevención es una función indelegable del Estado.


 


Finalmente, habrá que apelar a la vocación progresista de muchos dirigentes jóvenes que aparecen en los clubes y que seguramente no se permitirán claudicar en sus sueños de que el fútbol sea una pasión cargada de afectos. Parafraseando a Sacheri “Digamos que uno va por ahí intentando no apartarse demasiado del camino debido, tratando de que los amores y los odios no le trastoquen irremediablemente la lógica.”  Paraná Campaña-Diario Digital