Un grupo de jóvenes de Cerrito, integrantes del Club de Ciencias “Libertad” pidieron colaboración para poder costear los gastos para viajar a México. Los jóvenes comentaron que este viaje fue el premio que obtuvieron en Brasil por el 4to puesto a nivel mundial, “de trescientos proyectos fuimos los únicos premiados, nosotros a esto lo hacemos como una actividad particular sin que nadie nos obligue, nos encanta lo que hacemos por eso queremos viajar si bien recibimos ayuda de la municipalidad de Cerrito no alcanza”, indicaron.En 1994 siendo docente del Colegio de Cerrito, la Profesora Miriam Alejandra Hernández recibe la invitación para participar en la Feria de Ciencias y Tecnología. Junto a un grupo de alumnos participa por primera vez con muchas dificultades por desconocer la metodología de trabajo, pero los resultados estimulan ya que se pasa de la instancia departamental a la provincial con un buen puntaje. Al año siguiente, con el mismo grupo participa en las instancias departamental y provincial en el mismo evento y con mucha alegría y sorpresa se pasa a la instancia nacional obteniendo el 1er lugar en Ciencias Naturales con un proyecto sobre la calidad del agua de la localidad de Cerrito.
 
Allí se descubre el mundo fascinante de los Clubes de Ciencias (CdC) es por ello que en 1996 se autoconvocan un grupo de niñas  jóvenes de la localidad y realizan una reunión informativa en un salón de su casa. En el mismo momento se funda, de común acuerdo, el Club de Ciencias ENERGÍA, que se inscribe con el número 186 en el registro nacional de CdC en la Secretaria de Ciencia y Tecnología dependiente de la Presidencia de la Nación. Luego, los niñas y jóvenes inscriptos como miembros activos realizan proyectos de investigación que son presentados en Feria de Ciencias, siempre gracias al trabajo y el esfuerzo de los miembros y familiares que ayudaban a realizar eventos para recaudar fondos que permitieran solventar los gastos de exposición y traslado.
 
También se realizaban otras tareas: participación y organización de encuentros de CdC y dictado de talleres de capacitación para difundir la aplicación del proceso de investigación como estrategia didáctica.
 
En 1998, por razones económicas y por necesidad de ocupar el espacio para emprender un negocio y consensuando con los miembros se traslada el club al Colegio de Cerrito, dándole un marco institucional formal, con la única condición que se permitiera el ingreso de los miembros que pertenecían a otras instituciones escolares públicas y privadas. Esto aumenta la cantidad de miembros integrantes del Club y la cantidad de proyectos presentados en las ferias de ciencias, obteniendo excelentes puntajes y premios, como por ejemplo: participar en la ESI de México y el premio mayor que es la Feria Mundial INTEL-ISEF 2000, realizada en Estados Unidos. Esto motivó que colegas, posiblemente por celos profesionales empezaran a cuestionar las actividades realizadas por los chicos dentro del CdC. Esta actitud provocó la renuncia indeclinable de la profesora como asesora del Club y dejando creada esa estructura dentro de la institución.
 
Frente a esto, los padres junto a niñas jóvenes que eran miembros activos, le solicitan fundar un nuevo CdC, que llevaría por nombre LIBERTAD, fundado el 17 de agosto de 2000.
 
A partir de este momento esta nueva etapa permite la consolidación del CdC como institución de educación no formal (ENF) dado que en la primera presentación en Feria de Ciencias se obtienen los primeros premios por los proyectos presentados. Cabe aclarar que el CdC funcionaba en la cochera, galería, etc, de la casa de la docente, porque no se conseguía una sede en préstamo, ya que no se contaba con recursos para solventar un alquiler y lo peor, era que el único equipamiento era una vieja computadora (de su propiedad) y todo lo necesario lo aportaban los miembros activos y sus padres, además de gente de la comunidad. El municipio colaboraba a veces con algunos subsidios, sobre todo para cubrir parte de los traslados, que siempre fue el factor más oneroso.
 
Se intenta como solución de autogestión: el dictado de talleres de capacitación sobre metodología de investigación para alumnos y docentes y editar una revista mensual llamada Libertad (sólo salen a la luz sacar dos ejemplares dados que los gastos fueron imposibles de costear), declarada de interés educativo por Resolución Nº Resol. Nº 2693 del Consejo General de Educación, 05/08/2003.
 
En estos diez años transcurridos se han desarrollado innumerables talleres de capacitación permitiendo difundir las actividades científicas y tecnológicas juveniles en diferentes localidades de Entre Ríos y desde hace unos años en Brasil. El impacto de los más de 80 talleres teniendo como destinatarios a aproximadamente 3.000 personas (docentes y alumnos) ha generado un notable incentivo y preparación hacia el acercamiento al conocimiento científico y tecnológico.
 
En estos años la calidad de los trabajos se ha incrementado notablemente, demostrado en la cantidad de premios y distinciones que están debidamente documentados en los certificados que se extienden en cada evento que se participa.
 
Por otra parte, es importante aclarar que la Directora y los asesores que se han sumado al trabajo jamás han percibido ninguna remuneración económica por la tarea realizada ni de organismos estatales ni privados.
 
Otras razones para destacar es la intervención de niñasy jóvenes en las diferentes actividades promovidas por el CdC, es que éstas fortalecen la solidaridad, el compromiso y la responsabilidad, el compartir lo poco o mucho que se tiene, el intercambio cultural al relacionarse con personas de otras localidades, regiones y países, el respeto y la tolerancia frente a las ideas diferentes, el interés y la reflexión por las problemáticas sociales y ambientales, el sentido de pertenencia y la participación en la toma de decisiones (dado que la Comisión Directiva del CdC esta conformada por los miembros activos elegidos por simple mayoría por sus pares).
 
También el CdC brinda un espacio de contención y que permite el buen uso del tiempo libre, dado que es una actividad realizada de forma voluntaria y extra escolar, pero lamentablemente estas actividades no cuentan con el apoyo de difusión y/o financiero de las empresas privadas o instituciones estatales.
 
Las actividades científicas y tecnológicas juveniles deben ser más incentivadas y apoyadas por toda la sociedad, y el Club de Ciencias es la organización ideal para acompañar y fortalecer el proceso de enseñanza y aprendizaje que brinda la escuela como institución formal, aportando la posibilidad de elegir los temas a investigar, contribuyendo con estrategias y herramientas procedimentales para cuestionar y construir los conocimientos y sobre todo porque no se excluye a nadie, todos sin distinción de sexo, edad, situación socio-económica, etc. pueden ingresar libremente y compartir las diferentes actividades.
 
Entonces, el CdC como institución de educación no formal favorece la calidad educativa, la igualdad de oportunidades y la inclusión social. Fuente: La voz