Este miércoles se realizó en la Sala I Penal del Superior Tribunal de Justicia la audiencia de casación en el marco del caso que condenó a Adrián Molaro a 22 años de prisión, por la muerte de Alexis Céparo, ocurrida en enero de 2012 en Cerrito. “Se han escuchado los argumentos de las partes. La Fiscalía se abstuvo porque no tiene agravios y nosotros insistimos en que la figura debe ser el homicidio agravado, por lo cual sostenemos que resulta de aplicación el artículo 80 inciso 2 del Código Penal, para que se ratifique la pena de prisión perpetua para Molaro”, informó el abogado querellante, Ladislao Uzin Olleros. En tanto que la defensa, Marciano Martinez, sostuvo: “Céparo murió por sepsis, infección bacteriológica que adquirió en el hospital como consecuencia de la falta de higiene”. A las 20.00 será el veredicto.

La familia de la víctima se mostró nuevamente afectada. “Ha quedado destruida y, como se dice, ya nada volverá a ser como antes y nosotros pusimos énfasis en que la reparación económica por más voluminosa que fuere, no le devuelve la vida a la familia”, apuntó el letrado.


 


Por su parte, el abogado defensor Marciano Martínez indicó  que reclamaría que se disminuya la pena a Molaro porque “de acuerdo a la autopsia, Céparo murió por dos causas. La principal es la sepsis, infección bacteriológica que adquirió en el hospital como consecuencia de la falta de higiene. También dice que murió por los disparos. Pero se puede morir simultáneamente por dos causas distintas —se preguntó—. A este interrogatorio lo tiene que definir el tribunal”.


 


“Voy a demostrar que hay hechos que no son reales, sino falsos”, indicó. En ese sentido ejemplificó que es muy importante si la ventana estaba abierta o cerrada. Y subrayó que “el Tribunal tiene que determinar la causa de la muerte y a partir de ahí tiene que resolver”.


 


“Mi defendido es culpable de haber disparado en tres oportunidades. Disparó con un arma poderosa, él es cazador y las armas están inscriptas. Tiró tres veces pero ninguno fue letal. Si hubiera querido matar, lo mata con un solo disparo”, observó el letrado, que por estos motivos ratificó que “el dolo de muerte no existió”.


 



Foto Archivo: Paraná Campaña.