El concejal Schulz se apartó del bloque oficialista con críticas al método de adjudicación de obras viales. Ediles hablan de licitaciones privadas o cotejos de precios en vez de licitaciones públicas. De un tiempo a esta parte la gestión del intendente de Crespo, Ariel Robles, recibe cuestionamientos en varios aspectos y, dentro de los más destacados, se cuentan los que apuntan al desarrollo de la obra pública. La insólita construcción -por lo defectuosa- de un cordón cuneta en calle Mendoza parece haber desatado un vendaval de reclamos.

El 18 de mayo UNO publicó una nota en la que señalaba que en la ciudad más poblada de Paraná campaña se le reprochaba al gobierno municipal tener una política que “no es de comunicación, sino de marketing” que no revela las problemáticas locales; no haber desarrollado una política de jerarquización de los trabajadores municipales y haber realizado reubicaciones caprichosas y ejercido presiones para que algunos de ellos optaran por acogerse a la jubilación ordinaria; y también haber tercerizado la obra pública, de manera cuanto menos poco clara, a ojos de dirigentes políticos de la ciudad.


En este último punto se mencionó la existencia de rumores sobre la presunta vinculación de funcionarios con contratistas del Estado y quejas por el ineficiente control de la obra pública, de lo cual el famoso cordón cuneta zigzagueante era una muestra elocuente.


Otros puntos como la alta presión tributaria al comercio local, el atraso en el pago a proveedores y las políticas que motivaron que algunas empresas históricas de Crespo hayan realizado inversiones en ciudades cercanas por tener allí mejores condiciones para hacerlo, configuraban otros elementos de ese análisis.


Sobre el final, el artículo reflejaba también los reproches políticos de militantes y dirigentes justicialistas que, en general, le reclaman al intendente no haber cumplido los acuerdos políticos hechos en campaña, o el criterio con el que conformó su gabinete.


La primera reacción del jefe comunal fue atribuirle una intencionalidad política a la publicación, tanto en lo que se le dijo a los allegados como en lo que se dejó trascender a medios de comunicación de la zona. Se señalaron, básicamente, dos motivos por los cuales Robles era criticado. Primero, se dijo que desde el gobierno provincial existía una intención de esmerilar su imagen, a raíz del crecimiento que experimentaba como referencia política en la zona.


En segundo lugar se dijo que estaban presionando al intendente crespense para que adopte “una definición provincial”.


Cargadas de autoestima, ambas hipótesis se derrumbaron primero por un duro pedido de informes de los concejales radicales sobre la obra pública, ya que no hay forma de ligar a los ediles de la UCR con los supuestos manejos del oficialismo provincial.


Luego fue la renuncia al bloque oficialista del concejal Claudio Schulz, quien se fue reprochándole al intendente su manejo político, el ninguneo del Concejo Deliberante, algunas situaciones relacionadas con el Área Industrial de Crespo y, nuevamente, el manejo de la obra pública.


“Se han agudizado percepciones personales e ideológicas encontradas de cómo deben ser hechas algunas cosas, como el sistema de contratación de obras, el control de lo que hace a la esfera del municipio, la relación con algunos sectores de la sociedad civil, entre otras cuestiones que han ido desgastando la relación”, dijo el edil a la FM Estación Plus.


Durante la semana que termina el intendente Robles recorrió diversas obras viales y reivindicó la política de tercerizaciones, mientras entre los crespenses crecen los cuestionamientos.


Se señala, por ejemplo, que la mayoría de las obras que muestra el municipio son producto del esfuerzo de los vecinos, a quienes se les cobra la mejora de manera anticipada; mientras que en otras localidades de Paraná campaña los intendentes gestionan programas nacionales y provinciales para la ejecución de obras públicas, como son el desarrollo de cordón cuneta, asfalto, gas natural, conexión de agua o de cloacas. En cambio, en la Capital de la avicultura, las obras se gestionan con dinero en mano, debido al cobro de la mejora anticipada.


En tanto, en las obras en las que debiera verse la gestión política poco se avanza. Las principales quejas de vecinos apuntan al caso de la sistematización de la cuenca del arroyo Crespo, iniciada cuando Robles era secretario de Obras Públicas, y calificada como la obra del siglo, que todavía sigue inconclusa. O los casos de la conexión con la ruta 131 del proyecto de circunvalación para la ciudad.


Crítica a los funcionarios
 Párrafo aparte merece la consideración de los crespenses sobre el funcionariado municipal, al que en muchos casos critican por lo que consideran una escasa dedicación. En este punto, los justicialistas le reclaman a Robles por su conformación, con extrapartidarios o dirigentes sin militancia, a los que les reprochan intentar desvincularse de los gobiernos provincial o nacional (en determinados temas) cuando se entiende que el ajustado triunfo electoral de 2011 fue posible gracias al arrastre nacional.


En aquella elección, Robles obtuvo el 35,1% de los votos frente al 33,8% del candidato radical y el 21% del postulante del vecinalismo. En la misma elección el gobernador Urribarri obtuvo el 56% de los votos frente al candidato radical, que consiguió el 18,8% y el del Frente Entrerriano Federal, que sacó el 18,3%.


Pese a estos intentos de despegarse de la Provincia y la Nación en algunas cuestiones, aseguran los conocedores de los números del municipio que aumentó la dependencia financiera respecto del Estado nacional y provincial.


La tercerización de obras
 Sin embargo, la tercerización de las obras parece ser el punto más incómodo. A propósito del cordón cuneta de calle Mendoza, trascendió esta semana entre los concejales que para llevar a cabo la obra sin llamar a licitación pública, como sería lo normal y más transparente; el municipio habría hecho un cotejo de precio otorgándole un cordón a una empresa, y el cordón de enfrente, a otra empresa, con el resultado por todos conocido.


Las divergencias del concejal Schulz apuntaron a la obra pública que es tercerizada y que se adjudica por licitación privada o por cotejo de precios, según se comentó en el Concejo. A partir de allí comenzaron a escucharse nombres de supuestos contratistas de estas obras (Carlos Alberto Godoy, Jorge Damián Angélico o Daniel Barón, entre otros).


Allí apuntó el pedido de informes de los concejales radicales, quienes además sospechan incluso que allegados a la Secretaría de Economía del municipio se encargan a la vez de la documentación contable de alguna de las empresas favorecidas con la adjudicación de las obras. Está claro que entre la sospecha y la comprobación existe una distancia enorme, pero en Crespo, la sospecha ya constituye un motivo de comentarios poco favorables al gobierno municipal.