La magnitud del negocio es difícil de calcular, pero a nivel mundial se equipara a la venta de drogas y de armas. Entre Ríos es un lugar de paso. Hay investigaciones que requieren de tiempo y paciencia para poder dar con los infractores.

El tráfico ilegal de aves mueve unos 600 millones de pesos en la provincia

Entre Ríos es un lugar de paso de un negocio millonario, aunque también se realizan capturas. Días atrás, luego de un procedimiento se detectaron más de 2.000 aves en una vivienda en Victoria, el destino, por lo general, es siempre el mismo: Buenos Aires. Un cardenal amarillo llega a costar hasta 50.000 pesos en el mercado ilegal.

Hay aves más cotizadas que otras, algunas son tan buscadas que tienen precios en dólares. Un pájaro de los más perseguidos tiene un precio de 30.000 pesos en promedio, los hay más caros y muchos más baratos. Si bien no es tan fácil cuantificar cuánto dinero mueve el negocio, al momento se han realizado en la provincia unos siete operativos de verdadero impacto, con cientos de aves y a eso se deben sumar otros operativos menores que se dan todas las semanas.

En el año, si se suman la cantidad de operativos con la cantidad de pájaros y se multiplican por el precio promedio que tienen, el negocio está cotizado en unos 600 millones de pesos, o al menos ese es el monto que se logra evitar vender tras el trabajo minucioso, las investigaciones de los organismos competentes y los controles en las rutas.

Los primeros días del mes, fue la Brigada de Abigeato de Victoria la que llevó adelante uno de los procedimientos más importantes del año. En estos operativos y en las investigaciones, también participan áreas del Estado Provincial como Recursos Naturales y la Dirección General de Fiscalización quienes llevan adelante una tarea minuciosa para dar con los infractores y traficantes. En la Ciudad de las siete colinas, a raíz de una investigación de oficio por aves en cautiverio y luego de una Orden de Allanamiento y Requisa Domiciliaria en el Barrio Quinto Cuartel, el resultado de las averiguaciones previas dio positivo.

Se supo que luego de dar con la vivienda, parte del personal que participó del operativo se hizo pasar por comprador ocasional lo que les permitió observar la magnitud de los animales que allí se encontraban en cautiverio para luego concretar la operación. En un principio se había hablado de miles de aves, sin cuentas tan específicas, pero las recuperadas en la localidad entrerriana, tiempo después, fueron contabilizadas en unas 2.000 y de especies diferentes, autóctonas y en jaulas de diversos tamaños. Había cardenales, zorzales, corbatitas, reyna mora, jilguero, celestino, verdón y juan chiviro.

Una gran parte de los animales estaban sueltos, volaban y volvían a esa casa para alimentarse, acostumbrados luego del paso del tiempo y a fin de ser vueltos a capturar para comercializarlos.

Pero también se sabe que desde Entre Ríos se hacen intercambios de animales silvestres, alguien obtiene determinada presa y la cambia por otras que, se sabe, pueden cotizar hasta en dólares.

Quien transporta estas aves, para poder pasar un control debe presentar la documentación pertinente que extiende cada provincia y también a nivel nacional con inscripciones y demás aspectos legales, pero el tráfico se hace sin ningún tipo de papel.

Las aves rescatadas en Victoria, por ejemplo, serán trasladadas al parque General San Martín, en el Departamento Paraná, donde permanecerán en cuarentena y posteriormente serán liberadas de acuerdo a lo que se establezca en el lugar.

Según Naciones Unidas e Interpol, a nivel mundial el tráfico ilícito de flora y fauna mueve unos 23.000 millones de dólares por año y se trata del tercer negocio ilegal luego del tráfico de drogas y armas.

Hoy, se sabe que el control en las rutas es una de las claves y por eso los organismos que se encargan de la tarea aúnan sus esfuerzos. Hay toda una estructura destinada a este trabajo con inspectores en lugares fijos y procedimientos que se hacen donde sea necesario. La policía rural cumple, en este sentido, un papel fundamental.

Las denuncias se reciben a diario y en las investigaciones también se siguen las redes sociales, el lugar donde se compran y se venden estos animales. Esto permite, luego de seguir el procedimiento del traficante, efectivos decomisos.

Quienes investigan, reafirman a Entre Ríos como lugar de paso de las aves, no desconocen que también existen capturas, pero aclaran que el otro aspecto es el principal. Llegan a la provincia traficantes que vienen desde Corrientes, Chaco, Misiones y van por cualquiera de las vías de cruce hacia Santa Fe y de ahí a Buenos Aires, en la búsqueda de sortear controles. El destino de las aves son las ferias, también se venden en el sur del país e incluso en el exterior.

Al cardenal amarillo le sigue en la lista de los más requeridos y traficados el tordo amarillo, que junto al cardenal azul y al federal peligran como especies y tienen un alto valor en el mercado ilegal. En Entre Ríos esas cuatro especies son consideradas Monumentos Naturales y esto significa que al traficante le cabe la multa máxima. Esta varía por diversas circunstancias referidas a la cantidad y tipo de especies, y si se es o no reincidente; pero en forma directa, un infractor debe pagar unos 100.000 pesos, después y según las características se superan esos montos que son aplicados por el Estado.

En la provincia hay tres centros de reproducción del cardenal amarillo y se trata de un programa en proceso de iniciación. Esperan análisis genéticos porque hay distintas poblaciones de esta ave y buscan dar con la correcta para su desarrollo y protección.

El tráfico ilegal de aves mueve unos 600 millones de pesos en la provincia

Fuente: UNO.